Cuando sueño contigo.

A una hermosa mujer.


Aquí estoy...
Hablando contigo una vez más...
Dime ¿qué piensas? ¿No quieres hablar? Entiendo.
Sabes, prefiero que sea así, porque necesito que me escuches. ¡Sí que me escuches!
¿Por qué te sorprendes? No mientas, tus ojos me han dicho lo contrario, pero no debes preocuparte, no es algo malo lo que tengo que decirte...

Ven, acercarte...
Mírame aunque sea por un instante a los ojos... ¿Qué ves? No me lo digas...
Solo quiero que tú lo sepas...
Puedo tomar tus manos. No quieres. ¿Puedo tomar tan sólo una? Gracias...
Allí están... tu mano con mis manos. ¿Qué sientes? No me lo digas, tan sólo siéntelo...

Hay quienes dicen que hay que ver para creer, yo te digo en este momento hay que ver para sentir. Ya has visto lo que siento... ¿Puedes darme tu otra mano? Una vez más gracias...
Ahora podrías cerrar los ojos conmigo... ¿Qué ves? Te aseguro que puedes ver más de lo que has visto hasta ahora... ¿Quieres abrirlos? Aun no, por favor, por lo menos en este instante permíteme soñar contigo teniéndote aquí... a mi lado.

Despertaste...
Entiendo, piensas que es una locura,
¿Por qué? ¿A qué le temes? Tan sólo es un sueño.
¿No dicen acaso que los sueños sueños son?
No es así me dices en silencio, pues estamos de acuerdo. A veces pueden hacerse realidad, y en este momento es una realidad...
¿Por qué ya no me miras? ¿Mis palabras acaso te han herido? Tus manos dicen lo contrario. Anda, mírame una vez más... gracias... ¿Me regalarías una sonrisa?
¡Que bella te ves! Y en pensar que de tu boca sale esa melodiosa voz que una vez me cautivo.
¿Puedo confesarte algo? Me muero por unir otra vez tus labios con los míos... y recuerdes así a este ladrón que te robo aquel beso...que beso... ¿Verdad? Suspiras...

...¿Te has dado cuenta de algo? Aun no he pronunciado tu nombre, ¿Hace falta que lo diga? Dudas de mis palabras, ¿Cierto? ¿Por qué no crees en mí si esta verdad ya es tu verdad?
¿Cuánto tiempo tenia que esperar para decírtelo de esta manera, si llevo días callándolo? Aun así, no me crees. ¿Por qué? ¿Acaso será porque soy un aprendiz de poeta?

Ya es tarde...
¿Tienes que irte?
No te detendré. Sé que nos tendremos que ver dentro de poco, e igual seguiremos siendo lo que somos...buenos compañeros. ¡Y ya ves sonríes!, ¡Si vieras como sonríes!...
Y aquí están tus manos apartándose de las mías...
¿No piensas decirme adiós? Gracias por no decir nada, porque sé que tu silencio me permitirá seguir soñando contigo, mi musa enigmática.... por eso

Hasta pronto... hasta pronto.


(Caracas, 30 de octubre de 2002)